vuélvelo a poner!!!

El lunes que regresé de Cuernavaca, me subí al micro, venía medio lleno, las 9, hora pico, bueno, cuándo no es hora pico en el df??? Me subí y por lo general como vengo cargando con mi super mochila llena de porquerías, bien pesada y choncha, me siento en la parte de enfrente o hasta atrás, pero los asientos ya estaban ocupados, vi uno de los asientos de casi atrás desocupado, me acerqué, pero vi que la gente se me quedaba viendo como con suspenso, así que dije mmmm, se me hace que hay algo raro con ese asiento, así que dije, nel, mejor me siento en el de al lado.
Se fue llenando poco a poco, y entró una pareja, ya como de unos 40 años; el señor medio tembeleque, al parecer tenía algún problema en la pierna; la señora lo iba ayudando a caminar y llevaba en su mano un folder de radiografías. Evidentemente vieron el asiento libre, vi las caras de los otros pasajeros que volvían a hacer expresión de suspenso, como si algo fuera a suceder en ese lugar. La señora ayudó al señor a entrar al lugar, y al momento en que el señor empezaba a sentarse, el asiento, bueno, el colchón de la parte de abajo del asiento se fue hacia abajo. la cara del señor fue de entre sorpresa, susto y risa, y la señora hizo una mueca de desesperación. Le dijo, "levántate bruto, no te empieces a reír", acomodó el colchón en las varillas, y le dijo, a ver, intenta de nuevo... el señor comenzó a sentarse, con mucho cuidado y con una risa impresionante que lo contorsionaba en cada movimiento.
La gente reía y esperaba el momento en que sus pompas chocaran con el asiento y se volviera a desacomodar... antes de que esto sucediera, el señor dijo, "no no Juana, vuélvelo a poner, y mejor tu sientate primero para equilibrar pesos, porque siento que saldré arrojado como catapulta" La señora con cara de que lo iba a matar, le dijo, bueno, tu tienes como 50 y pareces de 5 años, mejor se portan tus nietos. Así que volvió a acomodar el colchón en su lugar y se sentó, inmediatamente se fue hacia abajo, y el señor se empezó a reir incontrolablemente, sin intentar ayudarla... La señora estaba roja y sus ojos parecían explotar en coraje. Se levantó, volvió a acomodar el asiento, y le dijo a la de 3 nos sentamos lentamente y al mismo tiempo, 1, 2, 3 y listo, quedaron así, ella le dijo, "por eso te quiero tanto gordis, por burloncito que eres", le dio un beso en el cachete y él uno a ella en la frente.
Unos segundos después, el micro inició su marcha y ya no hubieron más cosas interesantes que contar...