Desde pequeña tengo un problema, cuando veo una pared blanca, tengo que llenarla... eso no significa que me de miedo la hoja en blanco o el lienzo blanco o la pared blanca, pero sí que necesito tener colores, formas, imágenes que inciten mi vista, que me den un espacio de tranquilidad.
Últimamente he ido a hospitales, y realmente me pone en un estado de desesperación eso de ver paredes en blanco, amplias paredes sin ningún adorno, algunas veces un cuadro no de muy buena calidad, pero bueno, no voy a criticar eso, sino hablar de mi problema de paredes vacías.
Podría definirlo de otra forma y no como un problema, podría ser una pequeña obsesión, pero cuando me encuentro en lugares así, vacíos, esa inestabilidad, esa ansiedad de agarrar un lápiz o pluma y pintar aunque sea una bolita o una raya es muy desconcertante.
Y sí, me sucedía desde chiquita, pintaba las paredes, sugería a mis papás que pusieran algún cuadro, me encantaban y me encantan todavía Miró y Picasso, me gustaban los pájaros de Klee... y bueno, eso se fue traduciendo en que a fuerzas las paredes de donde vivo o donde estoy están llenas de imágenes, incluso el marco de la pantalla de mi computadora tiene postits con "cosas que tengo que hacer" dibujos, bocetos, lluvias de ideas, recetas, etc.
Entonces, ayer, esperando al doctor pensaba, ¿tendré una obsesión por saturamiento visual? Y entonces dije, a ver anita, en la publicación anterior escribiste sobre la contaminación sonora y ahora te das cuenta que tienes una obsesión por el saturamiento visual...¿acaso tienes cierto gusto por la contaminación visual?
Fue ahí cuando me quedé pensando en las calles de la ciudad, son como paredes en el camino, pero no me gustan los anuncios espectaculares, aunque sí me gustan los rótulos, los graffitis, las cartulinas creativas que anuncian lo que venden los negocios... es como una contradicción a analizar profundamente y por eso dije, puede ser un problema, sin embargo no es algo grave jiji a menos que tuviera T.O.C y entonces mi desorden de imágenes me causara conflictos.
¡Definitivamente existe contaminación y saturación visual en esta ciudad!
Lo más extraño es que eso no me moleste, al contrario, como que regreso de dar un paseo en la calle y me siento inspirada, así como venía y volcaba las narraciones del metro o el micro, podría narrar lo que veo en las calles, en un simple paseo con los monstruitos. Tantas y tantas cosas que podría decir al respecto, hay veces que hasta imagino cuentos de cómo llegó una camiseta olvidada en el camellón, o cómo consiguió un cable de audífonos un pájaro y ahora lo usa como nido. Pero bueno, son de esas cosas que no hago y sólo escribo o boceto en alguno de los tantos papelitos con notas a mi alrededor.
Así que la sobresaturación visual y mi tranquilidad en un embotellamiento son fenómenos extraños a analizar... y mientras tanto, seguiré poniéndole color a las paredes blancas.
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