9.28.2014

lo que cambia

La vida está hecha de cambios, dicen que la gente no cambia, claro que sí, todos cambiamos, pero lo que más cambia es el alrededor nuestro... las ciudades, los campos, las nubes, los amaneceres y atardeceres...
A veces no nos damos cuenta que la vida es muy frágil, no prestamos atención a lo que somos y cómo lo expresamos, no consideramos lo que tenemos más allá de lo material, lo que logramos con sentimientos, no reflexionamos sobre nuestras vidas ni sobre nuestras muertes.
Y todo cambia muy rápido, un día puedes estar en un país y al otro haciéndote análisis múltiples para ver tu estado de salud, sabiendo que los proyectos que tenías planeados no se realizarán como lo hubieras pensado.
Mi salud está bien, la de mi mamá no, y pues no se trata de contarles qué tiene ni nada por el estilo, se trata de expresar lo que siento por el momento.
Lo primero que me vino a la mente fueron una serie de imágenes de mi abuelita enferma, los días buenos, los días malos, los días de tratamiento, los días postratamiento, los días donde se enteró de lo que tenía, los días de fortaleza, los de angustia, los de preocupación, los de tristeza, los de nostalgia... Son demasiadas imágenes, es como soñar en unos minutos y recordar todo con una claridad impresionante.
Yo pensé que eso había sido enterrado en los cajones más aislados de mi memoria, pero ahora parece que están tan accesibles esos recuerdos, que a veces sin concentrarme, recuerdo toda una serie de enventos que sucedieron hace 17 años.
Lo segundo que me sucedió fue una aceptación a que pues bueno, todos eventualmente morimos y desafortunadamente algunos enfermamos y por ello después morimos. Todo eso perseguido de una idea de que la ciencia y tecnología han avanzado mucho y ahora debo ver las cosas más positivamente.
¿Qué resta entonces?, apoyar en todo lo que se pueda, informarme, mantenerme tranquila porque el estrés no le ayuda a nadie, sacar fuerza interna llena de pensamientos positivos, proponer nuevos proyectos, etc.
No está siendo fácil, y aunque tengo el apoyo de mi pareja, de mamu y teo, de mis amigos, de mi familia, quisiera ser un mejor apoyo para mi mamá y a veces siento que no lo soy.
Sé que no puedo hacer más, sé que no está en mis manos más que apoyar, acompañar, animar, escuchar y ser paciente, pero cuesta muchísimo trabajo y es muy desgastante.
Ahora me queda reflexionar sobre mi vida, sobre la vida que tengo al lado de mi mamá, aprovechar todos los momentos que se presenten donde podamos estar juntas, y saber que si algún día me llegara a pasar lo mismo, al menos estaré preparada diciendo: bueno, viví como quise vivir, hice lo que quise hacer, luché por lo que realmente quise, amé lo que elegí amar, viví lo que elegí vivir, sentí con vida, viví con verdad y ahora sólo me queda descansar.

Así que a darle duro a esta parte de la vida y sus cambios, no queda de otra...

1 comment:

Camilo Velazquez said...

el retorno de lo sagrado, el eterno ir y venir de la vida. El sueño va sobre el tiempo flotando como un velero y si el sueño finge muros en la llanura del tiempo, el tiempo le hace creer que nace en aquel momento.

la permanencia en la impermanencia es el día a día

abrazos