Entramos a Rumania en una Van, desde Ruse (PYRE???) a Bucarest, al parecer en Bucarest no hay oficinas de información turística, así que tuvimos varios problemas para cambiar dinero, comprar mapa, comprar boletos de metro, y llegar al hostal, estábamos cansados, me dolían mucho las rodillas y eso ya le estaba empezando a desesperar a Iván.
Llegamos a un Hostal, un poco alejado, un poco lleno, con un señor en la recepción un poco raro, primero muy parlanchín y luego muy distante.
Preguntamos en base a nuestro super mapa, cuál era el centro, ya nos explicó un poco los lugares que debíamos de ir a visitar. Así nos fuimos, a conocer Bucarest, una ciudad con mucha actividad, tráfico, gente por las calles, tiendas. Nos empezaron a llamar mucho la atención los grafitis y stickers en las paredes, los contrastes entre estilos arquitectónicos, a mi me atraparon los reflejos de los edificios e iglesias en los grandes edificios de vidrios.
Caminamos hacia abajo, recorrimos callecitas, impresionándonos de lo diferente que es esa ciudad, una ciudad construida por etapas, una ciudad debajo de otra ciudad y otra encima de esa de enmedio.
Hacía calor, el sol caía e iluminaba las columnas del gran edificio del parlamento, iluminaba los parques secos y descuidados, iluminaba el río que atravieza la ciudad dándole una sensación parecida del Sena en Paris, y algún canal de Amsterdam. Me di cuenta que a diferencia de otras ciudades europeas hay cables de teléfono y luz por arriba, no subterraneos, por momentos me parecieron conocidas las calles, alguna en el zócalo. Cenamos muy rico, unas sopas suculentas y ricas, yo pedí una de frijoles con carnes frías, y comí polenta, oh sí la polenta que tanto me gusta (polenta es una masa hecha de maíz, tiene una función parecida a la del arroz, su sabor es suave y un poco dulce y combina muy bien con carnes, pollos y salcitas ricas). Después fuimos a descansar al hostal, al día siguiente tendríamos un día pesado.
Nos fuimos a conocer el arco del triunfo Rumano, y un museo muy raro llamado museo de los campesinos, en donde básicamente tienen cursos de artesanía típica rumana, y tienen casas de diferentes estilos y regiones de Rumania.
De ahí nos fuimos a un parque muy grande, con lago y demás que estaba cerquita de ahí, comimos una galleta rica que disque típica de Rumania tenía vainilla y chocolate, continuamos nuestro recorrido por el metro (hicimos trampa, porque no estaba tan cerca eso de nuestro siguiente destino), hacia el Parlamento, donde entramos, realmente es enorme, y el tour que daban estaba enfocado como a diseño de interiores, nos hubiera gustado uno más como de historia, pero bueno, no se puede tener todo.
Siento que no estoy diciendo suficiente sobre Bucarest, mmm, debo de admitir que es la ciudad que más me gustó, no sé por qué exactamente, sólo sentí que extendía sus brazos para mi, que era como regresar a una ciudad parecida a algo que ya conocía... no sé.
Bueno, después del Parlamento y la avenida Uniri llena de fuentes y árboles, fuimos hacia las calles principales, entramos a algunas iglesias, bastante extrañas, tienen muchos frescos relatando historias de la biblia o santos o infiernos y monstruos raros, jaja. Lo interesante es que por dentro son muy chiquitas, obscuras y como que tienen una disposición circular, y la gente que va a orar pasa de banquito en banquito en forma circular (no sé si eso se entienda, pero bueno). Fuimos a tomar un café rico y extraño, bueno, creo que ni tomé café sino una bebida tipo jugo rara, jajaja, si, creo que fue eso, pero no lo recuerdo bien... Y de ahí a seguir caminando hasta llegar a la ópera, descansar otro rato e ir en búsqueda de comida, por una extraña razón no encontramos nada y terminamos en pizza hut, también para disque ahorrar, pero no conseguimos tal cosa, al parecer la comida típica y pizza hut tienen precios similares, lo malo es que no encontramos nada abierto y la panza ya crujía en serio. Ya de ahí fuimos de regreso hacia el hostal, pero recorrimos otras callecitas, nos alejamos un poco más del centro, nos acercamos más a zonas donde viven gitanos, o donde hay casas abandonadas, migrantes de otros países.
Esa noche empezó una lluvia de las buenas, las que no se quita ni por un minuto y se notó al día siguiente donde continuó lloviendo y había charcos por doquier. Intentamos tomar un café en una cafetería famosa italiana, pero por algún motivo era más restaurant que cafetería el lugar, así que fuimos a otro café llamado café parís, donde la música era de Julio Iglesias y los cafés estaban muy buenos.
De ahí caminamos hacia el museo de historia, llegamos empapados, vimos un tremendo obelisco construido por los romanos, enorme, de verdad que me sorprendió, narraba varias escenas de conquistas, guerras, etc. Y además había una exposición sobre el comunismo en Rumania que desafortunadamente no tenía museografía en otro idioma mas que en rumano, pero bueno, estaba interesante.
Salimos y seguía lloviendo igual, fuimos por nuestras cosas al hostal y emprendimos nuestro camino hacia tierra de vampiros....
Tristemente Bucarest quedó atrás, pero algún día regresaré, realmente quiero hacerlo.
4 comments:
Que chido viaje...Me encanta la foto del edificio moderno reflejando la iglesia (?)...Que tal la comunicacion? Ingles o senias?? Esperando la siguiente chocoaventura!!!
xoxo
hehe... exposición en rumano...
ahh en vdd se me antojó mucho una sopa de frijoles... creo q me hace falta proteína :S
un abrazo!
de la comunicación hablaré en el próximo post, sino se me olvida, y de la sopa de frijoles, estaba bien rica, de verdad.
siii... regresa pero invitame... aah pero tienes que esperarte unos dos años jejeje ahorita no puedo viajar... not that far... que emocionante.... me gustaron mas estas fotos que ningunas otras... yuupi
Post a Comment