3.20.2007

narraciones del metro...quien dice que las manos de 74 años no tienen un mago por dentro?

Regresabamos de nuestro viaje al zócalo y Teotihuacán, veníamos cansadas, mi amiga Raph (de Francia) sólo pensaba en darse un baño y dormir, yo lo único que quería era un helado de limón. El metro avanzaba lentamente y el calor, sudor, y la hora llenaba la cara de todas las personas de una seriedad y hastio impresionante. Los niños lloraban, las personas gruñían en cada parada innecesaria del metro.
Pero llegó nuestra salvación, en San Antonio Abad (una estación que siempre se me ha hecho aburrida hasta por el nombre) se subió un viejito, sonriéndo y saludando a todos... Raph me preguntó que si estaba loco, yo sólo subí los hombros en respuesta de sepa la bola. Se paró enmedio del vagón, y pidió a todas las personas tomar un lugar sentados, o colocarse pegados a las puertas para dar visibilidad a todas las personas.
"Señoooooooras y señooooooores, niñoooooos y niiiiiiiiiñas, guapas (volteando hacia nosotras, jaja), dejenme darles un poquito de la alegría que he conseguido a través de los años... no se me espanten, pero mis manos han adquirido formas muy extrañas gracias a estas pelotitas (sacó 3 pelotas rojas del mismo tamaño y las empezó a mover entre los dedos de su mano derecha)... hoy verán magia, NO de la negra ni la blanca ni la azul ni roja, verán magia de la mia, magia viejita de 74 años!!!"
Así comenzó sus actos de magia, escondiendo las pelotitas, metiendolas a su boca y sacándolas, encontrándolas en el sombrero de una señora, en la lonchera de un niño... Siguió con el truco de la caja de cerillos, todos le cachamos su hilo de nylon, pero aún así, su forma de presentar sus actos resultaba gratificante... finalizó con el billete que convierte de 20 pesos a 200 pesos, jaja, y toda la gente dijo que sino puede hacer esa magia en sus carteras.
Todos reíamos con sus chistes, sus anecdotas de cuando comenzó a ser mago, de sus esposas y sus hijos...
La señora sentada a mi lado moría de la risa, sus carcajadas se oían hasta otros vagones, y era de esas señoras que se voltean y te dan golpecitos en la espalda y cosas así, como en seña de amistad, mi amiga Raph estaba sacada de onda, no entendía nada de lo que decía el mago y no entendía por qué la señora a mi lado se reía tanto y me decía tantas cosas y hacía tantos ademanes, yo intentaba hacer una traducción simultánea, pero pues con mi risa era casi imposible.
Finalmente el mago y nosotras bajamos en la misma estación, se quitó el sobrero y nos dijo, que tengan una buena tarde guapas, que las sonrisas que me regalaron les duren para siempre.
Raph me dijo que realmente le encantaba toda la creatividad de los mexicanos, sus formas de ver un día, la facilidad para reír, para compartir momentos, su facilidad de hacer amigos y compañeros de momentos como ese...
Yo me quedé pensando, no importa el calor, el cansancio, la sed y el sueño que tengo, un mago de 74 años con las manos medio deformes me ha regalado momentos de sonrisas y me siento mejor... qué chido es el metro y chilangolandia!!!!

12 comments:

Ale Morando said...

Sii arriba los mexicanos con nuestro ingenio sin par y arriba el metro por tus excelentes narraciones y las cosas divertidas que nos pasan en chilangolandia!!!

Saludines :D

Mme. Carroll said...

Qué chido!! A mi me han pasado cosas bien feas en el metro, una vez a una morra le empezó a dar un ataque epiléptico y nadie sabía qué hacer, un tipo jaló el coso rojo de emergencias y el metro se detuvo, por suerte aún la pudieron bajar porque no habíamos avanzado mucho. Yo la verdad no me enteré de nada hasta que la bajaron y le pregunté al mai de junto.. para mí todo fue un 'una morra se menea muy cagado y todos se abren para sacarla'... chale. En fin, qué buena anécdota y sí, los mexicanos somos muy buenos para unas cosas, entre ellas, ser buen pedo, pero para otras... bueno.
Que tenga una linda noche.
Saludos!

Manolo said...

uuuuoooooooorale
quiero ver a ese mago del metro.
soy fácilmente impresionable y soy fan de los magos, ahora, imagino el escenario y la gente; que chingón.

Anonymous said...

A mí nunca me pasan esas cosas en el metro caray.
Muchas gracias por tu visita.

El Cácaro

Linda said...

Que linda historia! Me hizo sonreir con nostalgia. Un abrazo grande!

Chester Cuadra said...

hola...
ja que bien, seuro el tedio se fue lejos con el maguito. por que nunca me pasan esas cosas en el metro...

Chester Cuadra said...
This comment has been removed by the author.
the lines on my face said...

Gracias a todos por sus comentarios, al parecer el metro y yo nos llevamos bien porque me pasan casi siempre cosas chidas, o cosas normales, nunca nada raro como lo de queen alice... pero pues supongo es es suerte y quién sabe cuántas veces más me podrá tocar. Lo de la señora contorsionándose de la risa, pues si, me daba más risa a mi y con eso de que soy re simple, pues peor, y se reía de los chistes del mago, que desafortunadamente no recuerdo. Abrazos a todos ;)

Unknown said...

¿Conocen esa canción de "ella convirtio, la noche en un poema de amor"? Bueno, pues el autor en un cabron que canta en el metro; lo pueden ver en la linea 7 de corre del rosario a barranca del metro.

Eso es lo más chido que me ha pasado hasta el momento.

De lo demás, a mi me late mucho cuando se suben en los micros de por mi casa los -¿como se escribe?- ventrilocuos; quiero comprarme uno y salir a ganar dinero en los micros como esos güeyes.

¿Alquien conoce una tienda?

Chida historia. Te envio un saludo.

Angawen said...

Jajajaja que buena onda del viejito. Lo mejor del caso es como logra animarse con unas sonrisas por parte de sus espectadores.... a veces es triste que ya no saben ser felices y disfrutar con esos pequeños detalles

Wu* said...

Bendito metro!! estas vacaciones será, como siempre, muy eficaz.
Saludooosss! :)

Javiere said...

Yeeeeeah!!! Muy chido encontrar un mago!!!

Tengo que escribir más de lo que me pasa en el metro y acabo de recordar algunas anécdotas, ya le iré dando jajaja. Saludos.