Llevo varias semanas sin ir al cine, lo último que ví en el cine fue la película de los fockers versión mil n mil, no estuvo mal, me reí, pero la verdad, extraño el cine.
En alguna ocasión pensé en estudiar cine, quería ser directora, pero como en varias cosas rajé! no quise, dije que no era suficientemente interesante y no tendría oportunidad en México... bueno, tenía 17 años, la verdad no pensaba muy bien las cosas.
Siempre me ha gustado ir al cine, lo disfruto mucho sola, a diferencia de la mayoría de las personas. Muchos dicen que el cine, es para disfrutarse en grupo o en pareja o con alguien más. Yo digo que es muy interesante vivirlo solo, saber que todos los de la sala te estarán viendo porque vas solo, eres un bicho raro enmedio de mucha gente, un lugar oscuro y una película extraña.
El proceso es interesante, llegas a taquilla, pides tu boleto y te preguntan: sólo un boleto?, contestas que sí, se te quedan viendo con cara de compasión... entras al cine, piensas si necesitas palomitas o refresco... pero dices, uy si me dan ganas de ir al baño a media función, quién me aparta mi lugar? o quién me contará lo que pasó en la película? Así que no compras nada, vas al baño para que no suceda lo que intentas evitar y entras a la sala. Se ve enorme, y hay varios espacios vacíos. Es entonces donde dices, bueno no tan atrás para no escuchar parejas molestas sexosas, ni tan enfrente para que no toquen chavillos molestos jugando y echándose pedos.
QUedas enmedio y ahora viene el complejo momento si de quedar al centro de la sala o a un ladito... cualquiera de las dos significan gente de ambos lados, viéndote raro y preguntándote si el lugar de al lado está apartado.
Empieza la película, la disfrutas y sales pensando y pensando en la película, no comentas con nadie lo que piensas, te lo quedas, lo discutes con tu otro yo, y san se acabó la experiencia.
A finales del año pasado fui muchas veces sola, y lo disfruté... ahora no he tenido tiempo, ni ganas de gastar 50 pesos en una película que podría ver en la comodidad de mi casa... pero de verdad extraño esos momentos de cine!
1.26.2011
1.06.2011
el encantador de perros del metro
Hoy me fui más al norte, a descubrir nuevos lugares, nuevos olores, nuevas formas de vivir esta ciudad, me la pasé muy bien.
Unas estaciones después de que me subí al metro, entró un señor con una caja grande, y dentro de esta caja había un perrito, un cocker de unos cuantos meses.
Se paró junto a mi, yo iba viendo al perrito y seguro haciéndole caras (como si me fuera a ver o a contestar con una sonrisa, ajá sí claro!)... De pronto se acercó un señor, vestido en ropa bastante sucia y con un aliento alcohólico impresionante, de esos que huelen a kilómetros de distancia.
Al ver al perrito, se detuvo; era un hombre de unos 40 y tantos años, delgado, cabello esponjado y medio canoso, bigotes abundantes. Vistiendo un pantalón con hoyos por todos lados, una camisa muy sucia. Tenía las manos llenas de aceite pero eso sí, sonrió de lado a lado al ver al perrito.
sr.borracho: Disculpe señor, ¿puedo sentarme aquí junto a su perrito? ¿no muerde verdad?
sr2. siéntese, no hace nada, está chiquito.
srb: ¿cuántos meses tiene?
sr2: 4
srb: muy bonito muchachito, ¿para quién es, sus hijos?
sr2: no, para mi sobrina
srb: eso habla muy bien de usted, seguro es un hombre de buen corazón. O no juanito, yo te voy a bautizar como juanito, te ves como un juan pero más bonito. Te voy a contar varias cosas que te serán de utilidad a lo largo de tu vida, que claro, es más corta que la de un hombre, pero es más feliz, no necesitarás de copas para sentirte bien, un abrazo de un niño y serás feliz.
Mi primer perro lo tuve a los 20 años, vivía solo y trabajaba de panadero, el pan huele rico, algún día se te antojará y recordarás mis palabras. En fin, me regalaron un perro, un amigo que no lo podía cuidar, era un pastor alemán, bonito, grande, fuerte. Yo no sabía nada de perros en ese entonces, no sabía que podía hablar con ellos. Le dábamos de comer arroz con pollo, dormía en mi cama, se bañaba conmigo, le gustaba el agua caliente. No paseaba con él, siempre estuvo en casa. A veces, cuando sobraba le llevaba un pan de dulce, una concha, panqué, polvorón. Era feliz.
Un día un amigo fue a visitarme, y cuando me dio la mano para saludarme, mi perro lo mordió, arrancándole un dedo. Me di cuenta que mi perro era celoso, posesivo, igual que mi esposa; nadamás que éste sí soltaba la mordida.
El siguiente mes alguien lo envenenó, no lo querían en mi barrio, lloré mucho y decidí adoptar a otro perro. El siguiente era callejero, no le gustaba el pan, le gustaba la carne, el pollo, la buena vida de los pellejos y grasitas. Me vivió 12 años. Lo lloré mucho, era fiel, nunca mordió a nadie, caminaba a mi lado, y me ayudó a no sentirme mal de haber perdido tantas cosas en ese entonces. Porque sabrás tú juanito, me quedé sin trabajo, era un mecánico bien chingón, pero borracho chingón también, hasta el punto donde el taller se incendió y lo perdí todo. Mi esposa me dejó, se llevó a mis hijos, y me dijo quédate con tu pinche perro.
Así estoy desde hace muchos años, no sé ni cuantos, de bar en bar, echándoles la mano a algunos cuates mecánicos y chupándome lo que gano después... así es juanito, pero debes de cuidar a tu dueña, te va a hacer feliz y tú la harás muy feliz siempre.
El señor del perro se disculpó por cortarle la inspiración al borrachín, se fueron, el borrachín derramó algunas lágrimas y luego sacó una botella de su bolsa, se echó unos tragos y dijo, por los perros, porque los humanos somos una horrenda creación del universo.
Unas estaciones después de que me subí al metro, entró un señor con una caja grande, y dentro de esta caja había un perrito, un cocker de unos cuantos meses.
Se paró junto a mi, yo iba viendo al perrito y seguro haciéndole caras (como si me fuera a ver o a contestar con una sonrisa, ajá sí claro!)... De pronto se acercó un señor, vestido en ropa bastante sucia y con un aliento alcohólico impresionante, de esos que huelen a kilómetros de distancia.
Al ver al perrito, se detuvo; era un hombre de unos 40 y tantos años, delgado, cabello esponjado y medio canoso, bigotes abundantes. Vistiendo un pantalón con hoyos por todos lados, una camisa muy sucia. Tenía las manos llenas de aceite pero eso sí, sonrió de lado a lado al ver al perrito.
sr.borracho: Disculpe señor, ¿puedo sentarme aquí junto a su perrito? ¿no muerde verdad?
sr2. siéntese, no hace nada, está chiquito.
srb: ¿cuántos meses tiene?
sr2: 4
srb: muy bonito muchachito, ¿para quién es, sus hijos?
sr2: no, para mi sobrina
srb: eso habla muy bien de usted, seguro es un hombre de buen corazón. O no juanito, yo te voy a bautizar como juanito, te ves como un juan pero más bonito. Te voy a contar varias cosas que te serán de utilidad a lo largo de tu vida, que claro, es más corta que la de un hombre, pero es más feliz, no necesitarás de copas para sentirte bien, un abrazo de un niño y serás feliz.
Mi primer perro lo tuve a los 20 años, vivía solo y trabajaba de panadero, el pan huele rico, algún día se te antojará y recordarás mis palabras. En fin, me regalaron un perro, un amigo que no lo podía cuidar, era un pastor alemán, bonito, grande, fuerte. Yo no sabía nada de perros en ese entonces, no sabía que podía hablar con ellos. Le dábamos de comer arroz con pollo, dormía en mi cama, se bañaba conmigo, le gustaba el agua caliente. No paseaba con él, siempre estuvo en casa. A veces, cuando sobraba le llevaba un pan de dulce, una concha, panqué, polvorón. Era feliz.
Un día un amigo fue a visitarme, y cuando me dio la mano para saludarme, mi perro lo mordió, arrancándole un dedo. Me di cuenta que mi perro era celoso, posesivo, igual que mi esposa; nadamás que éste sí soltaba la mordida.
El siguiente mes alguien lo envenenó, no lo querían en mi barrio, lloré mucho y decidí adoptar a otro perro. El siguiente era callejero, no le gustaba el pan, le gustaba la carne, el pollo, la buena vida de los pellejos y grasitas. Me vivió 12 años. Lo lloré mucho, era fiel, nunca mordió a nadie, caminaba a mi lado, y me ayudó a no sentirme mal de haber perdido tantas cosas en ese entonces. Porque sabrás tú juanito, me quedé sin trabajo, era un mecánico bien chingón, pero borracho chingón también, hasta el punto donde el taller se incendió y lo perdí todo. Mi esposa me dejó, se llevó a mis hijos, y me dijo quédate con tu pinche perro.
Así estoy desde hace muchos años, no sé ni cuantos, de bar en bar, echándoles la mano a algunos cuates mecánicos y chupándome lo que gano después... así es juanito, pero debes de cuidar a tu dueña, te va a hacer feliz y tú la harás muy feliz siempre.
El señor del perro se disculpó por cortarle la inspiración al borrachín, se fueron, el borrachín derramó algunas lágrimas y luego sacó una botella de su bolsa, se echó unos tragos y dijo, por los perros, porque los humanos somos una horrenda creación del universo.
Etiquetas:
metro,
narraciones,
un poco de mi
1.04.2011
año nuevo, narraciones nuevas
Hoy por la mañana fui al mercado que se pone en unas calles cerca de mi casa, era temprano, hacía frío, y todos tenían cara de no querer trabajar. Primero fui por un jugo de mandarina que estaba más ácido que 30 limones amarillos viejos y feos, jaja, pero estuvo rico el jugo, la mandarina es "la mandarina".
Luego fui por algunas verduras, zanahorias, papas, espinacas, setas, champiñones, pimiento, calabazas, aguacates (de esas, varias no son verduras, pero bueeeeno, si al cilantro y la cebolla les dicen verduras en los tacos, todo es posible)
Finalmente, las frutas, no sabía a cuál de los puestos acudir, pero ví uno con unos plátanos tentadores (jaja) fresas, naranjas, mandarinas, y dije, ese ese!
Lo atendía un señor de unos 50 y tantos años, canoso, con gorra hacia atrás, un sueter grueso y una sonrisa muy chimuela.
Le pedí una papaya para la semana, empezó a decirme que le iba a preguntar a la papaya cuándo le podían dar matarile, y agarraba las papayas y les preguntaba, ¿ya lista para mañana?
Me empecé a reír y el señor me dijo, ¡eso, hay que empezar el año sonriendo!
En lo que yo decidía qué más comprar me empezó a platicar sobre su experiencia con las uvas:
No es que yo sea uno de esos que hacen vino, pero sé de frutas, y las uvas son muy especiales, el fin de semana los precios estaban más arriba de lo normal, 160, 180 pesos, muy cara.
Imagínese que fui a la central de abasto, para comprar peras, porque esas sí las vendo mucho, hasta les doy la receta de peras al café o al vino a mis clientas; pero que me dicen, te doy una caja de peras si compras 3 cajas de uvas... y las ví y nooo señorita, eran malas, uvas abolladas, tienes que cortarle muchos ramos, terminas perdiendo, y cada caja ese día a 300 pesos! ¿cómo recuperas lo que inviertes?
Pero viera señorita... el sábado volví a ir y que me dicen llévate una caja a 30 pesos, no me sirve, no las voy a vender nunca... y que les digo, pues yo tampoco, ya nadie quiere uvas, y menos si están así de malas, insípidas.
Entonces bueno señorita, le presento a las uvas, verdes sin semilla, rojas sin semilla y rojas con semilla. A mi parecer usted no debería de comprar ninguna, pero no sé por qué he vendido más ahora que antes de año nuevo.
Pero prúebelas, son de las de 30 pesos, yo le dejo el kilo a 32 porque sino no me sale el negocio y soy sincero señorita, porque con esto de las uvas no se bromea, sus formas, su significado en estas épocas, su resultado en vino, todo es celebración en las uvas, así que usted debe de entender que si las compra es para celebrar, no para dejarlas ahí escondidas, uvas para celebrar señorita, ¿verdad verdes, rojas y semillitas?
Finalmente compré unos plátanos, guayabas, uvas rojas con semilla, peras y la papaya para la semana. Me divertí, aunque sigo pensando que o estaba muy loco el señor o yo tengo algo que hace que la gente me hable demasiado de cosas sin sentido o raras o no sé...
el punto es que tengo uvas y ayer me contaron un chiste de uvas, que ya no recuerdo, jaja... extraña coincidencia :)
En fin, seguiré escribiendo, aunque sean cosas raras
Luego fui por algunas verduras, zanahorias, papas, espinacas, setas, champiñones, pimiento, calabazas, aguacates (de esas, varias no son verduras, pero bueeeeno, si al cilantro y la cebolla les dicen verduras en los tacos, todo es posible)
Finalmente, las frutas, no sabía a cuál de los puestos acudir, pero ví uno con unos plátanos tentadores (jaja) fresas, naranjas, mandarinas, y dije, ese ese!
Lo atendía un señor de unos 50 y tantos años, canoso, con gorra hacia atrás, un sueter grueso y una sonrisa muy chimuela.
Le pedí una papaya para la semana, empezó a decirme que le iba a preguntar a la papaya cuándo le podían dar matarile, y agarraba las papayas y les preguntaba, ¿ya lista para mañana?
Me empecé a reír y el señor me dijo, ¡eso, hay que empezar el año sonriendo!
En lo que yo decidía qué más comprar me empezó a platicar sobre su experiencia con las uvas:
No es que yo sea uno de esos que hacen vino, pero sé de frutas, y las uvas son muy especiales, el fin de semana los precios estaban más arriba de lo normal, 160, 180 pesos, muy cara.
Imagínese que fui a la central de abasto, para comprar peras, porque esas sí las vendo mucho, hasta les doy la receta de peras al café o al vino a mis clientas; pero que me dicen, te doy una caja de peras si compras 3 cajas de uvas... y las ví y nooo señorita, eran malas, uvas abolladas, tienes que cortarle muchos ramos, terminas perdiendo, y cada caja ese día a 300 pesos! ¿cómo recuperas lo que inviertes?
Pero viera señorita... el sábado volví a ir y que me dicen llévate una caja a 30 pesos, no me sirve, no las voy a vender nunca... y que les digo, pues yo tampoco, ya nadie quiere uvas, y menos si están así de malas, insípidas.
Entonces bueno señorita, le presento a las uvas, verdes sin semilla, rojas sin semilla y rojas con semilla. A mi parecer usted no debería de comprar ninguna, pero no sé por qué he vendido más ahora que antes de año nuevo.
Pero prúebelas, son de las de 30 pesos, yo le dejo el kilo a 32 porque sino no me sale el negocio y soy sincero señorita, porque con esto de las uvas no se bromea, sus formas, su significado en estas épocas, su resultado en vino, todo es celebración en las uvas, así que usted debe de entender que si las compra es para celebrar, no para dejarlas ahí escondidas, uvas para celebrar señorita, ¿verdad verdes, rojas y semillitas?
Finalmente compré unos plátanos, guayabas, uvas rojas con semilla, peras y la papaya para la semana. Me divertí, aunque sigo pensando que o estaba muy loco el señor o yo tengo algo que hace que la gente me hable demasiado de cosas sin sentido o raras o no sé...
el punto es que tengo uvas y ayer me contaron un chiste de uvas, que ya no recuerdo, jaja... extraña coincidencia :)
En fin, seguiré escribiendo, aunque sean cosas raras
Subscribe to:
Posts (Atom)