9.30.2007

la última parada






Siento que al contar esto último de ese viaje dejaré muchas cosas atrás, por eso lo dejé para este día, para el fin de Septiembre, un mes muy raro, muy cambiante y demasiado demandante para mi corazón.
....
Llegamos en la tarde a Praga, entre la lluvia, un poco de aire, y como siempre, sin mapas ni ideas de cómo llegar al hostal... la lluvia nos mojaba y empezaba a borrar nuestras sonrisas. Entendimos que estábamos en una estación de trenes más cerca del hotel, pero por lo mismo más retirada del centro. Llegamos al hostal, grande también, pero en otro estilo, un hostal hecho básicamente para angloparlantes con un poco más dinero y más ganas de reventarse... Entramos a nuestro cuarto, camas separadas, un viejito estaba en la litera de abajo de donde dormiría Iván, se nos quedaba viendo y se reía, nos empezó a decir cosas, pero evidentemente no entendemos mucho, después de un rato, no sé si entre señas, deducciones, o ciertas palabras y ademánes entendí que él se iría a las 9 am del día siguiente y yo podría ocupar su cama y así los dos quedaríamos en la misma litera.
Nos pusimos nuestros trajes de baño y fuimos a la alberca del hostal, raro que tuviera alberca, pero pues a Iván se le cocían las papas por ir a nadar. Mugre agua helada congelada, y a secarnos con la supertoalla apestosa que traíamos desde atenas... total que compramos otra toalla ahí en el hostal, ya era demasiado foco de infección para mi. Me di un baño, nos vestimos y ya que había disminuido un poco la lluvia fuimos al centro de Praga a ver y cenar (sí, comida otra vez para aquellos hambrientos) Pasamos por el famoso puente Carlos, tomé unas fotos y me dí cuenta de las arañas horrorosas de Praga, están por todos lados, en las estatuas, en los faros, en las paredes, en todos lados!!! Ya que salté y me dieron mis acostumbradas ñañaras fuimos a buscar dónde comer... Encontramos un lugar como de comida-cena corrida, fueron como 80 pesos por los 2, sopa de pasta con verduras y un sabor como especial, un gulash (o como se escriba) papas, postre, cerveza de Praga... estuvo rico aunque nos lo tuvimos que comer rápido porque ya iban a cerrar y se iban a ir de fiesta, jajaja, pero he de decir que la sopa calientita en una noche lluviosa y fría, el gulash y postrecito me cayeron de maravilla.Fuimos a ver el dichoso reloj a las 12 de la noche, a ver si hacía algo, pero no pasó absolutamente nada. Regresamos en el tranvía nocturno, nos tocó ver a los tantos turistas medio pedos a esas horas de la noche. Y regresamos al hostal donde todos nuestros compañeros de cuarto se estaban perfumando y disponiendo a salir de pachanga.
Al día siguiente a recorrer Praga, el puente en el día, lleno de turistas, las torres, el reloj que no hacía absolutamente nada, las calles, los cafés, cerca del río, tiendas de carteles, el museo nacional, y que se suelta la tormenta, a cubrirnos en un café a comer algo, una sopita, y no recuerdo qué más... hacía frío, llovía mucho, estaba muy cansada e Iván se empezaba a sentir enfermo. Más fotos, más lluvia, más entrar y salir de tiendas de souvenirs para protegernos de la lluvia. En la noche fuimos a cenar a un restaurante-bar-jazz, estaba chido, comimos rico, un chorronal, y tomamos vinito de la casa, se nos subió y nos reíamos como locos. Regresamos temprano, antes de la hora de los borrachines... día cansado pero interesante.
Al día siguiente a los lugares de interés masivos, la zona judía y el castillo. Primero fuimos a la zona judía, arquitectónicamente interesante, en cuanto a lo demás, mejor me quedo sin comentar, porque luego ya es demasiado tour-faramaya-holocausto.... Iván se sentía peor, no había podido sacar dinero, sentía como si le fuera a dar catarro y yo ya no sabía ni qué hacer. Fuimos al castillo, entramos, hicimos colas, subimos muchas escaleras, tomamos fotos, hacía frío, llovía, teníamos hambre, bajamos, comimos en un lugar de pizzas, con trabajos nos alcanzó el dinero en efectivo para pagar, me compré muchos souvenirs inservibles, pasamos a un mercado, salió el sol y nos fuimos por nuestras cosas al hostal y a esperar el autobus que nos llevaría al aeropuerto donde regresaríamos a Londres.
Praga es una ciudad bonita, muy como para pasar unas vacaciones cortas ahí, tiene varios museos como el de Mucha, que valen realmente la pena, pero también está lleno de turistas y los locales no son muy amables con el turismo, tampoco es tan fácil recorrer la ciudad ni se presta a que la gente platique contigo sobre la situación del País ni nada... Me gustó, no lo niego, me gustó mucho en la noche, y en el sol, pero es también una ciudad demasiado turística y eso como que luego me cuesta trabajo.
Así terminó el viaje, apresurado, lleno de cosas, mojado, cansado, y ni se diga del regreso a Londres en la madrugada, tomando el último tren hacia el centro de Londres (victoria) y tomando autobuses nocturnos para llegar al dormitorio de Iván....
Pasó, quedó todo ese viaje en mi memoria, en mi corazón, y en las narraciones de este blog.

9.26.2007

de pasadita a la una a las dos y a las 3







Salimos temprano de Bratislava hacia Viena, la duración del recorrido era como de 2 horas, bueno, ya ni me acuerdo, pero fue muy poquito, tanto que ni me acuerdo bien, eso sí, antes de salir compramos unas baguettes de desayuno y unos juguitos.
Llegamos a Viena y vimos lo del boleto hacia Praga ese mismo día, qué cara es Viena, realmente se notó la diferencia.
Ya con mapa a la mano, con mucho calor, habiendo dejado maletas en lockers, empezamos a caminar por Viena, traíamos buen paso, teníamos que recorrerla de 10am a 4pm, así que tenía que ser relativamente rápido. Empezamos a dirigirnos hacia el centro, las calles amplias, poco tráfico, como que los edificios muy blancos y limpios. Así empezamos a ver varios puntos de interés, el jardín botánico, museos y más museos, de todos los tipos de museos. Decidimos hacer una parada estratégica para tomarnos un café vienés y un pastelito de chocolate también famoson. Estuvo rico, pero sí se sentía la diferencia de precios.
Seguimos caminando, viendo más y más lugares, llegamos a una iglesia que en sus vitrales tenía representada la conquista de américa, evangelización y demás, también tenía a la virgen de Guadalupe... yo no sé cuántos mexicanos vivan en Austria, pero pues sí es extraño que se tenga tanto de nosotros por allá, empezando por el penacho de Moctezuma.
En fin, de ahí nos dirigimos hacia el mero mero centro, la ópera, la catedral, que por fuera se ve mejor que por dentro, saludamos a unos perros enormes, un gigante de los pirineos, y luego compramos unos chocolates y un licor de chocolate.
Emprendimos nuestro camino de vuelta a la estación de trenes, el calor era demasiado, por un momento empecé a sentir que me desmayaría (notese que jamás me ha pasado eso, pero me baja mucho la presión) al final le pedía a Iván que me cargara porque ya no podía, a pesar de que faltaba una cuadra... el muy flojo no quiso y me dijo que ahorita ya nos sentábamos, tomábamos algo y comíamos algo... Pues ya tomé como un litro de un jugo raro, y un pan de dulce, como de los daneses del globo, pero más simplón. Luego recogimos las maletas, compramos 2 pizzas y nos alistamos para subirnos al tren hacia nuestro último destino, Praga.
Viena es una ciudad más adinerada, bueno, bastante, todo se siente muy caro y pues el ambiente es extraño, turistas pero como que adultos-viejitos, muchos cafés y muchas actividades al aire libre... parece que todos están de vacaciones. A pesar de eso sí me gustó, se me hizo otra ciudad bonita e interesante.

9.24.2007

entre manicomio y ciudad de cuentos






Bratislava, una ciudad rara, bueno, diferente a las demás, chiquita, no muy turística, con varios "eventos culturales", rara.
Llegamos por la tarde a Bratislava, a una estación de tren rara, chiquita, con muchos tranvías afuera. Decidimos caminar hacia el hostal Orange (pongo el nombre porque será parte de esta aventura), íbamos bajando, caminando, las calles tenían nombres raros pero nada como en Bulgaria... Ubicamos ciertas calles, para dónde estaba el centro y así... Por fin llegamos al hostal, un edificio grande cerca de la iglesia azul, la noche anterior habíamos leído las opiniones de otros visitantes a ese lugar, pero bueno, ya lo habíamos reservado y al parecer no había otro hostal disponible esas noches. Nos dieron una llave y nos dijeron cómo llegar a nuestro cuarto que compartiríamos con otras 2 personas. Subimos por elevador, un pequeño y viejo elevador y llegamos a un corredor con colores verdes, no muy iluminado y muchos cuartos, llegamos al nuestro, definitivamente parecía manicomio. Dejamos las cosas y salimos a cenar a un restaurante recomendado por su comida típica. Estuvo muy rico, pedimos un queso cubierto por una salsa rara, y de postre unas bolitas de masa rellenas de moras y con una salsita muy rica encima, me gustó la comida y el lugar, parecía una antigua taverna. Fui al baño y noté que no había papel, empecé a preocuparme, tal vez en Bratislava no había mucho papel de baño, porque ni en la estación, ni en el hostal ni en el restaurante había, por suerte siempre cargo con kleenex y papel que robo en otros lugares.
Regresamos al hostal, estaba más obscuro y más sospechozo, ir al baño realmente daba miedo, sobretodo porque ni las puertas cerraban. El cuarto tenía un serio problema de aire, la ventana se abría 5 cms, no más, y hacía mucho calor. Nuestras compañeras de cuarto fueron dos chavas holandesas buena onda.
Al día siguiente eso de irse a bañar fue todo un caos, con nuestra única toalla, en regaderas deshechas, sin cortinas, sin puertas, sin lugar limpio donde pudieras poner tus cosas, creo que superé mi propio record de bañarme en 5 min, se convirtió en 3 min!!! Ya habiendo salido del foco de infección fuimos a recorrer la ciudad que a diferencia del hostal brilla de limpia, de ordenada y de tranquila.
Recorrimos las calles del centro, las oficinas de gobierno, los museos, algunas iglesias, callecitas, calles más turísticas, otra iglesia, el castillo en donde encontramos una exposición de durero y tapices y otras cosillas, y luego fuimos hacia el restaurant-mirador mejor conocido como OVNI, en el que subimos a ver la ciudad, el danubio, el bosque, los molinos de viento.
De ahí fuimos a comer los famosos sandwiches de allá, sí están grandotes y ricos, lo malo es que les ponen mucha mayonesa. Mientras los comíamos llegaron unos chavitos mexicanos que venían en alguna excursión, estaban hablando sobre las mujeres, decían que ahí no habían visto a tantas bonitas, que a ver si en sus otros lugares a visitar, estaba chistoso.
Luego seguimos caminando, fuimos a un parque a descansar un ratitito, luego a una plaza comunista bastante extraña y finalmente al monumento y cementerio para los comunistas que lucharon en las guerras. Estuvo bien, aunque nos perdimos un poco, y tal vez la señora que nos dijo cómo llegar nos hizo más pelotas.
Después bajamos y nos dirigimos a comer algo, un kebbab bastante feo y salado, y luego como yo ya andaba haciendo corajes, pues peor... fuimos al centro en donde había un espectáculo al aire libre de un grupo de mujeres cantando y tocando música medio chafa, jajaja, pero bueno, estuvo bien.
Regresamos al hostal y decidimos que al día siguiente saldríamos muy temprano hacia viena, esa noche nuestros compañeros de cuarto eran dos chavitos ingleses que eran pareja, estaban chistosos porque se pusieron a pintar en sus diarios con acuarelas, estaban chidos sus pinturitas, pero no deja de ser extraño que en un manicomio te pongas a pintar con acuarelas!!! Si, era un manicomio, por eso los colores, por eso la llave única, por eso las ventanas que no se abrían más, por eso los baños destrozados, por eso en el primer piso había puertas acolchonadas, por eso uno se sentía tan inseguro.
Bratislava es un lugar bastante barato, hay muchas cosas que ver aunque sí se recorre relativamente rápido, nos hubiera gustado podernos adentrar más hacia la ciudad, pero estuvo bien recorrerla turísticamente.

9.22.2007

Buda-Pest






Llegamos temprano a Budapest, cambiamos dinero, y nos dimos cuenta que ahí tampoco entenderíamos el idioma...
Salimos en búsqueda del hostal que habíamos reservado, no todas las calles tienen nombre, o si lo tienen no es fácil de entender-reconocer. Caminamos un rato al paso de la salida del sol y finalmente llegamos al hostal, no podíamos ocupar todavía nuestras camas así que dejamos las cosas ahí, preguntamos sobre lugares dónde comer, y salimos a recorrer la ciudad.
Como todas las ciudades que habíamos recorrido, se ve una extraña combinación arquitectónica, pero a diferencia de las demás Budapest se ve como una ciudad con una economía un poco más estable, una ciudad más turística, más comercial, tratando de imitar a otras ciudades como Paris, Londres... Calles con cafés y mesitas en las banquetas, lugares donde retratan a las personas, muchas tiendas de souvenirs, tiendas de marcas, etc.
Así fuimos a recorrer sin rumbo la ciudad, encontrándonos con plazas llenas de edificios diferentes entre sí, la catedral de la ciudad, el palacio de gobierno, el Danubio, el puente que separa Buda de Pest. El clima estaba raro, parecía que en cualquier momento llovería, hacía aire frío y yo estaba muy cansada (cuándo no?) subimos a la colina de Buda, donde está el museo nacional, un castillo, muchos miradores, un laberinto, el palacio de buda, la catedral de buda, y mucha mucha gente recorriendo todos esos lugares.
Después la bajada, me dolían los pies, no sé por qué, pero era casi insoportable el dolor, caminamos entre las calles pequeñas y abandonadas de Buda, visitando los lugares recomendados en el mapa... luego fuimos hacia una isla entre Buda y Pest....
(aclaración: Buda es la parte vieja y un poco olvidada de Budapest, Pest es la parte nueva, con muchos negocios, edificios administrativos, más vida cotidiana).
Estuvimos un buen rato sentados en la isla, un pequeño parque, platicando un rato, aunque la verdad era que yo estaba muy molesta conmigo misma por no poder seguir caminando.
Finalmente decidimos regresar, fuimos a comer cerca del hotel, a una comida Turca, estuvo buena, aunque hubo un pequeño malentendido con la señorita que nos servía y hubo un poco de coraje y enojo.
Luego seguimos caminando por la zona... La ciudad se presta a caminar, aunque sí es bastante grande.
El hostal donde nos quedamos estaba bastante bien, cómodo, con un ambiente tranquilo, cercano a estaciones de trenes y a toda la zona en movimiento de Pest.
Al día siguiente fuimos a la citadella y a los baños turcos, estuvo divertido, tenían alberca de olas y otras albercas de agua helada y otras de agua calientita, fue un buen día para descansar. De ahí fuimos a comer a unas pizzas comunistas, no entendíamos prácticamente nada del menú, pero hicimos buenas decisiones, es raro porque a pesar de haber estado tan poco tiempo bajo el gobierno comunista, los Húngaros realmente detestan todo lo que tenga que ver con comunismo, tienen una bandera como monumento al momento en que cayó el comunismo, estatuas de los que lucharon contra los comunistas y cosas así... es raro, por que los países anteriores no tenían ese problema tan evidente... Tal vez eso y el turismo exagerado además de su idea de sentirse un poco más del centro de europa es lo que hizo que Budapest no me gustara tanto.
Después de las pizzas fuimos a la sinagoga, con un tour de españoles, estuvo chistoso porque Iván dijo que el acento español no era tan chido como el mexicano y justo atrás estaba una familia de españoles.
Al día siguiente fuimos a recorrer otra parte de Pest, donde hay varios museos, monumentos, teatros, y construcciones un poco más modernas, nos medio perdimos al principio, pero después logramos reubicarnos y encontramos las cosas que queríamos ver.
Regresamos rápido al hostal, agarramos nuestras cosas y nos dirijimos a la estación de tren para seguir nuestro camino a Bratislava, hacía mucho calor, demasiado, yo casi ni podía respirar, iba a ir por un helado cuando Iván rectificó la hora de salida de nuestro tren y salimos corriendo a subirnos, porque por poco se nos iba, estuvo muy chistoso, aunque bastante estresante, jaja.

9.19.2007

trenes






Me tardé en hacer memoria de esta parte del viaje, creo que necesito un poco de ayuda... Bueno, haré lo mejor que pueda.
Nos levantamos temprano, nos despedimos de Florín y nos fuimos hacia la estación de trenes, nuestro plan era ir a Sibiu y Sighisoara, pero nadie nos supo decir qué tan factible era hacer eso... así que decidimos dejarlo en un sólo lugar, Sighisoara, habiendo comprado nuestro boleto de Sighisoara a Budapest para la noche.
Así nos subimos en un tren un poco lleno, no sabíamos con exactitud dónde estaban nuestros lugares, pero por fin dimos con ellos. Nos tocaba compartir cabina con una pareja de rumanos que viven y trabajan en Barcelona, una señora ya grande, al parecer jubilada y 2 chavas de unos 20 años. Primero platicamos un rato con los que vivían en España, nos medio contaron su historia, están contentos en españa y ahora iban a visitar a la familia por eso de las vacaciones. Nos contaba él, que cuando llegó a España se trataba de comunicar con todos en inglés pero pocas personas le entendían, así que tuvo que aprender españor rapidísimo para darse a entender. Luego se pusieron a platicar entre ellos, todo porque la ventana se cerró y ahora sí ni como atorarla con mis super cinturones... Empezaron a platicar de política en Rumania, había un gran revoloteo entre la señora grande y una de las chavitas de 20 años, medio le entendíamos, pero pues evidentemente no a todo, sonaba chido de cualquier manera, y por momentos nos decían en español algunas cosas... Ya casi llegando a nuestra parada descubrimos que la chavita hablaba un poco de español, bastante inglés, que estaba estudiando ciencias políticas, que era medio hipiosa y estaba dando el rol por diferentes ciudades de Rumania con la esperanza de encontrar buenos conciertos, exposiciones y demás... su plan a posteriori era salir del país, irse a estudiar a Budapest o tal vez Londres, pero pues decía que era muy difícil, que trabajó en un call center para una empresa americana y le pagaban 2 dolares por hora. Total que llegamos, fuimos por un mapa, y comenzamos a subir hacia el centro-fortaleza de Sighisoara, patrimonio cultural de Rumania. Una ciudad pequeña, con pocas cosas que hacer o ver, pero pues la aprovechamos para turistear un rato, relajarnos otro rato, tomar un cafecito y un pastelito y después ya en la tarde fuimos a comer unas pizzas muy baratas porque ya no queríamos ni sacar ni cambiar más dinero. Luego mi panza me fastidió por un buen rato, pero agarramos un buen lugar en un parquecito y ahí estuvimos hasta la noche donde teníamos que ir a la estación y tomar nuestro tren a Budapest. Estábamos un poco preocupados, porque los viajes de noche después de Thesaloniki nos dejaron muy espantados, pero la verdad es que estaba muy tranquilo, íbamos en una cabina con una pareja como de austriacos, suizos o alemanes, y con otras dos chavas rumanas que traían comida hasta por los codos, 2 botellotas de refresco y playeras de shakira. A media noche en la frontera de Rumania con Hungría nos pidieron nuestros pasaportes, a las Rumanas les dijeron que no podían pasar sin visa o algo así, que tenían que pagar 20 euros para entrar, estuvieron peleando por un buen rato, pero bueno, finalmente se llevaron una buena mordida.
Llegamos temprano a Budapest, nuestro nuevo destino...

9.17.2007

subiendo sin parar...






Así continuamos nuestro viaje, salimos temprano a agarrar un camioncín para ir al castillo de Bram (donde durmió por un día el famoso conde drácula) y rasnov, una ciudad fortaleza...
Llegamos a la estación de autobuses bastante temprano, desayunamos panecitos, juguitos y plátanos, y yo dije que iría al baño antes de irnos, faltaban 30 min para salir, el problema es que parecía que había llegado una gran excursión y la cola en los baños era como cola de estadio... Ya cuando estaba a punto de entrar Iván gritó que ya había llegado el camión, que me apurara, pero pues faltaban unas 10 personas antes de mi, así que con señas dije que si podía entrar al baño de hombres, y claaaaro que 20 mujeres más me siguieron, así que pues también había unas 4 personas antes de mi, Iván gritando que me apurara y yo haciéndome pipi... Por fin, decidí hacer en los mijitorios, pues qué más da... y salí corriendo, pero creo que por la prisa y el super jugo no fue suficiente y todo el camino de Brasov al castillo de Bram me iba haciendo pipi.
Al llegar al castillo, entramos,bueno, subimos; a pesar de ser un lugar bastante turístico estaba muy bonito, así que disfrutamos caminando e imaginando cómo sería haber vivido ahí... Había algunas fotos de las mujeres que vivieron ahí y se veían un poco fantasmagóricas, jajaja.
Al terminar de ver el castillo fuimos a esperar el camión que nos llevaría a Rasnov, mientras esperábamos veíamos las extrañas actitudes de unos perritos callejeros y de un cuate que estaba un poco loco, jaja.
Llegamos a Rasnov, pero realmente no sabíamos cómo subir a la fortaleza, así que decidimos preguntarle a una señora y un señor, y como nos vieron cara de turistas llamaron a una niña para que nos dijera en inglés cómo subir a la fortaleza, la niña moría de pena y su abuela y papá insistían en que nos tenía que traducir, finalmente la niña estalló en llanto y corrió en sentido opuesto.
Por fin medio entendimos y subimos a la fortaleza, una subida pesada, y yo entre cansada y mocosa pues sentía que iba a morir a la mitad del camino. Pero llegué, se veía la ciudad y las montañas, la parte sur de transilvania. Estaba bonito el lugar, aunque tampoco había muchas cosas.
Regresamos hacia Brasov, y en la parada del camión un señor se puso a platicar con nosotros, nos preguntó dónde nos estábamos hospedando, cuál era nuestra dirección en México por si él venía a México y nos dio su dirección por si volvíamos a ir a Rumania y no teníamos dónde hospedarnos... medio le entendimos que era un buen lugar para esquiar y que vivió en Cuba en la época comunista de rumania, trabajaba como mecánico.
Al llegar a Brasov fuimos por un delicioso pastelito con un cafecito bastante rico, el pastel estaba muy bueno, el mio era de nueces con chocolate y como trufa de chocolate y el de Iván no me acuerdo, pero creo que era de chocolate. Teníamos planeado ir a ver los souvenirs y luego subir hasta el mirador de la ciudad. Así le hicimos, empezamos a serpentear la montaña, decían que el recorrido aproximado era de unos 45 min, desde el prinicipio empezamos a cortar camino, iendo por vereditas más empinadas, más resbalozas y más cansadas, pero aún así, la cima se veía muy lejos... Por fin a eso de las 7pm llegamos a lo más alto, donde el letrero de Brasov permite una vista impresionante de la ciudad. Luego fuimos a los teleféricos, planeando regresar cómodamente, pero cuál fue nuestra sorpresa que ya no funcionaban, a las 6pm cerraban, jiji. Pues nimodo, a bajar y bajar antes de que se anocheciera y no pudiéramos ver absolutamente nada. Llegamos cansados al centro de Brasov, subidas, bajadas, largas caminatas, calorcito, entonces nos dimos un buen atascón de cena, cerramos con unos postres no muy buenos con una señorita un poco rabiosa y loca.
Al día siguiente saldríamos temprano y necesitábamos descansar, claro que no pude evitar cantar todo el camino de regreso a la casa de Florín, los dulcecitos me produjeron hiperactividad ardillezca.

9.14.2007

descansa en paz goku


Ríe, corre, ladra, olfatea, revuélcate en el pasto, escápate, come lo que más te gustaba y tanto te prohibíamos, sé feliz, ten toda la felicidad que no tuviste aquí, con nosotros los seres humanos....
Yo no creo en dios y mucho menos en el paraiso e infierno, pero Gokú, ve más allá de mis creencias y descansa con la chipi y la pigui, el cici, tintan, tucutucu y antrax, y sean felices allá, en mis recuerdos archivados y en ese supuesto lugar que me gustaría creer que existiera sólo para ustedes.
Te voy a extrañar mucho gordito latoso.

9.12.2007

entre "vampiros" entre comillas...






Pues si, nos adentramos a tierras más altas, mientras íbamos un poco mojados en el tren íbamos viendo las montañas alzarse a nuestros lados, la neblina descendía de ellas y llenaba con una brisa los techos de las casas aisladas entre estación y estación.
Llegamos a Brasov, segunda ciudad más grande e importante de Rumania después de Bucarest. A la entrada se veía una ciudad industrial, fábricas, edificios altos y dijimos, será aquí?? dónde está esa ciudad de transilvania?
Nos bajamos del tren, inmediatamente llegó una señora a ofrecer su casa como hospedaje, nosotros como buenos mexicanos desconfiados dijimos no, nie, nel... jajaja.
Y fuimos hacia la oficina de información a preguntar sobre hospedaje en esa ciudad.... La señorita que hablaba un italiano e inglés muy fluido, me dijo que no había nada disponible, todo lleno, y yo dije, qué qué???!!!! Pero en ese momento llegó otro señor a ofrecer su casa, y la señorita de información me dijo que podíamos quedarnos con él, que con la señora no, pero con él sí... Así que ya le dije a Iván y le dijimos que sí, que nos dijera dónde estaba su casa. Nos dijo que fuéramos a su coche y nos llevaría a su casa y explicaría absolutamente todo lo que hay en Brasov. Florín nos llevó a unos edificios construidos en la época comunista, grandes, altos, de buen tamaño por dentro, viejos, e idénticos entre sí.
Después de dejar nuestras cosas y de escuchar recomendaciones de Florín, nos fuimos hacia la ciudad vieja o centro de Brasov, las calles son en su mayoría peatonales, estrechas, la verdad es que yo me imaginaba calles más estrechas, menos coloridas, con techos de color gris o casi negro, pero no, cual fue mi sorpresa de encontrar tantos colores, techos con tejas anaranjadas de dos aguas, mucha gente, mucha actividad y un ambiente cálido. Una ciudad que tiene muchos jóvenes, por extraño que parezca (mmm, serán ellos los vampiros y por eso no hay viejitos???)
Estuvimos caminando un rato largo, visitando el cementerio, la iglesia negra, y luego a comer rica comidita Rumana, calientita y llenadora además de barata, qué buenos momentos, luego salimos a caminar y subir a la torre blanca y la torre negra, ya no hacía ni tanto frío ni se sentía tan húmedo, regresamos a la casa de Florín y descansamos agusto de tanto viaje, lluvia y ajetreo preparándonos para el siguiente día.....
puse algunas fotitos, luego pondré más, la última es mi imitación chafa de vampiros, jajaja

9.11.2007

Paréntesis antes de Transilvania



fotos:
calle con libros usados, extraños archiveros con imágenes de Frida Kalho, Julio Cortazar y muchos más que ya no recuerdo, Bucarest, 2007
recycle tv, cortesía de cámara de I. Bucarest, 2007
Bueno, antes de pasar a otras ciudades, tengo que decir cosas que se me olvidaron....
En cuanto al idioma, pues el Rumano es muy parecido al Latín, escrito es bastante entendible, sobretodo si sabes un poco de italiano o francés... el problema es que la gente normalmente habla rápido, y pues a tono veloz ni a los españoles entiendo, así que rumano a velocidades desporoporcionales es como oir un chorro de palabritas en latín juntas y te quedas pensando, no pues creo que entendí dos pero se me fueron 20, jajaja. Lo que sí es que es asombroso que los Rumanos, por sus necesidades, por migrar tanto a otros países o querer hacerlo, aprenden otros idiomas, así que casi casi cualquier persona habla por lo menos unos 3 idiomas, ya sea italiano, francés, inglés, ruso, alemán, búlgaro, español, y supongo que hasta japonés.
He de decir que en Rumania reconocen a México por sus telenovelas y por quién creen? RBD, jajajaja, eso es inaudito!! pero bueno, así es la vida.
Rumania es uno de los países con más perros vagabundos en Europa, aunque nunca se comparará a México, además al parecer los perros vagabundos son muy sociables y a la vez son precavidos, saben a quién acercarse y cómo hacerlo.
Entre rumanos hay ciertos problemas, con los gitanos, romans y los imigrantes de otros países, al parecer hay también mucho desacuerdo con el gobierno que ahora rige el país, claro que siempre hay opiniones encontradas, pero bueno, lo mismo de siempre, que se roban el dinero y no lo usan para cosas que realmente son necesarias como salud, educación, transporte, etc... ahondaría más en el tema, pero tampoco quiero aburrir.
Bucarest no es una ciudad muy turística, creo que el hecho de que sea Rumania crea muchos prejuicios en turistas de Europa, creo que eso la hace una ciudad más difrutable para mi, no tuve que batallar para tomar fotos sin multitudes de turistas.... tal vez por todas esas razones en conjunto la disfruté tanto.

9.07.2007

entrando a tierras rumanas






Entramos a Rumania en una Van, desde Ruse (PYRE???) a Bucarest, al parecer en Bucarest no hay oficinas de información turística, así que tuvimos varios problemas para cambiar dinero, comprar mapa, comprar boletos de metro, y llegar al hostal, estábamos cansados, me dolían mucho las rodillas y eso ya le estaba empezando a desesperar a Iván.
Llegamos a un Hostal, un poco alejado, un poco lleno, con un señor en la recepción un poco raro, primero muy parlanchín y luego muy distante.
Preguntamos en base a nuestro super mapa, cuál era el centro, ya nos explicó un poco los lugares que debíamos de ir a visitar. Así nos fuimos, a conocer Bucarest, una ciudad con mucha actividad, tráfico, gente por las calles, tiendas. Nos empezaron a llamar mucho la atención los grafitis y stickers en las paredes, los contrastes entre estilos arquitectónicos, a mi me atraparon los reflejos de los edificios e iglesias en los grandes edificios de vidrios.
Caminamos hacia abajo, recorrimos callecitas, impresionándonos de lo diferente que es esa ciudad, una ciudad construida por etapas, una ciudad debajo de otra ciudad y otra encima de esa de enmedio.
Hacía calor, el sol caía e iluminaba las columnas del gran edificio del parlamento, iluminaba los parques secos y descuidados, iluminaba el río que atravieza la ciudad dándole una sensación parecida del Sena en Paris, y algún canal de Amsterdam. Me di cuenta que a diferencia de otras ciudades europeas hay cables de teléfono y luz por arriba, no subterraneos, por momentos me parecieron conocidas las calles, alguna en el zócalo. Cenamos muy rico, unas sopas suculentas y ricas, yo pedí una de frijoles con carnes frías, y comí polenta, oh sí la polenta que tanto me gusta (polenta es una masa hecha de maíz, tiene una función parecida a la del arroz, su sabor es suave y un poco dulce y combina muy bien con carnes, pollos y salcitas ricas). Después fuimos a descansar al hostal, al día siguiente tendríamos un día pesado.
Nos fuimos a conocer el arco del triunfo Rumano, y un museo muy raro llamado museo de los campesinos, en donde básicamente tienen cursos de artesanía típica rumana, y tienen casas de diferentes estilos y regiones de Rumania.
De ahí nos fuimos a un parque muy grande, con lago y demás que estaba cerquita de ahí, comimos una galleta rica que disque típica de Rumania tenía vainilla y chocolate, continuamos nuestro recorrido por el metro (hicimos trampa, porque no estaba tan cerca eso de nuestro siguiente destino), hacia el Parlamento, donde entramos, realmente es enorme, y el tour que daban estaba enfocado como a diseño de interiores, nos hubiera gustado uno más como de historia, pero bueno, no se puede tener todo.
Siento que no estoy diciendo suficiente sobre Bucarest, mmm, debo de admitir que es la ciudad que más me gustó, no sé por qué exactamente, sólo sentí que extendía sus brazos para mi, que era como regresar a una ciudad parecida a algo que ya conocía... no sé.
Bueno, después del Parlamento y la avenida Uniri llena de fuentes y árboles, fuimos hacia las calles principales, entramos a algunas iglesias, bastante extrañas, tienen muchos frescos relatando historias de la biblia o santos o infiernos y monstruos raros, jaja. Lo interesante es que por dentro son muy chiquitas, obscuras y como que tienen una disposición circular, y la gente que va a orar pasa de banquito en banquito en forma circular (no sé si eso se entienda, pero bueno). Fuimos a tomar un café rico y extraño, bueno, creo que ni tomé café sino una bebida tipo jugo rara, jajaja, si, creo que fue eso, pero no lo recuerdo bien... Y de ahí a seguir caminando hasta llegar a la ópera, descansar otro rato e ir en búsqueda de comida, por una extraña razón no encontramos nada y terminamos en pizza hut, también para disque ahorrar, pero no conseguimos tal cosa, al parecer la comida típica y pizza hut tienen precios similares, lo malo es que no encontramos nada abierto y la panza ya crujía en serio. Ya de ahí fuimos de regreso hacia el hostal, pero recorrimos otras callecitas, nos alejamos un poco más del centro, nos acercamos más a zonas donde viven gitanos, o donde hay casas abandonadas, migrantes de otros países.
Esa noche empezó una lluvia de las buenas, las que no se quita ni por un minuto y se notó al día siguiente donde continuó lloviendo y había charcos por doquier. Intentamos tomar un café en una cafetería famosa italiana, pero por algún motivo era más restaurant que cafetería el lugar, así que fuimos a otro café llamado café parís, donde la música era de Julio Iglesias y los cafés estaban muy buenos.
De ahí caminamos hacia el museo de historia, llegamos empapados, vimos un tremendo obelisco construido por los romanos, enorme, de verdad que me sorprendió, narraba varias escenas de conquistas, guerras, etc. Y además había una exposición sobre el comunismo en Rumania que desafortunadamente no tenía museografía en otro idioma mas que en rumano, pero bueno, estaba interesante.
Salimos y seguía lloviendo igual, fuimos por nuestras cosas al hostal y emprendimos nuestro camino hacia tierra de vampiros....
Tristemente Bucarest quedó atrás, pero algún día regresaré, realmente quiero hacerlo.

9.05.2007

de hormigas, sauna, y mucho mar





Así viajamos en autobus de Sofia a Varna, hacía mucho calor, afortunadamente el autobus tenía aire acondicionado, nos pusieron una película de Bollywood en hindi y con subtítulos en búlgaro, así que más perdidos no podíamos estar... Era como la copia de esa película gringa que no sé cómo se llama pero era de dos cuates que encontraban a un muerto y hacían como que estaba vivo porque era famoso... pues era parecida a esa, claro con bailes y cantos bollywoodescos muy chistosos y con una que otra palabra que entendíamos.
Mientras recorríamos las carreteras de Bulgaria se seguían viendo fábricas abandonadas, uno que otro monumento comunista, muchos campos de girasoles secos, trigo y maíz.
Así llegamos a otra ciudad, Varna, conocida turísticamente porque tiene de las mejores playas en el mar negro...
Llegaron los del hostal por nosotros, lo cual sonaba bastante bien, dijimos, no pues sí estará chido, claro, lo habíamos visto en un folleto y decía que tenía alberca, bar, internet y otras cuantas cosas... La van caminaba y caminaba, y la conductora, dueña del hostal, inglesa, nos contaba que les estaba iendo muy bien, que era buen negocio y así.... Y seguíamos camine y camine, cruzamos un puente, atravezamos unos bosques en otra isla y por fin, después de mucho llegamos...
La primera impresión del lugar era: muchos ingleses, lugar descuidado, y pues nos enseñaron nuestra casa de campaña y el disque jardín fabuloso bastante cochino y con maleza por todos lados, el internet que costaba bastante, su sala común, los baños que no estaban limpios y casi todo lleno de moscas, pero lo peor es que no estaba en Varna, mar negro a 30 min de distancia!!!
Pues nos fuimos a cenar a un restaurante alemán que no estaba mal, pero tampoco era la gran cosa, ahí cerquita y luego, como estábamos muy cansados nos fuimos a dormir.
La casa de campaña estaba rara, enmedio del jardín, con muchos insectos, muchas piedras en el suelo, a media noche un gato quería jugar con mi cabeza y rasguñaba la tienda a ver si alcanzaba a tocarme, se oían los lobos a lo lejos, y empezaba a hacer calor... Por fin logré dormir y a las 7 o tal vez antes Iván me despertó, hacía mucho calor y no sólo eso, sino que el techo y mi boca tenían unas cuantas hormigas!!! Salimos temprano hacia Varna, sin desayunar, sin bañarnos, y fuimos en búsqueda de hostales u hoteles baratos en Varna, por fin como a las 10 encontramos uno, el hotel más lujoso en el que nos quedamos en todo nuestro viaje, valio la pena para la playa... fuimos a desayunar y al mar....
El mar negro sí es negro, extrañamente es una playa larga, te puedes meter 20 metros adentro y el agua sigue a nivel de tu cintura, aunque sí hay olas que rompen un poco fuerte... Su agua es negra, bueno, como un verde muy obscuro, la playa tiene una arena fina, parecida a la de veracruz que se te mente hasta por donde no, y está muy llena, tal vez porque era fin de semana, porque era verano, pero estaba llena... Eso sí, hay muchos caracoles adentro, caracoles que se entierran en los pies cuando saltas, medusas que te dicen aguas que ahí te voy y unas extrañas algas que parecen lechugas, sí, lechugas que las mujeres se ponen en sus venas variciosas, jajaja.
En la noche recorrimos más la ciudad, muy alumbrada, con mucha gente, con helados ricos y con una muy bonita luna llena al fondo del mar, negro sin que fuera de noche, y negro en el negro del cielo de la noche.
Varna es una ciudad turística, extrañamente tienen una iglesia en el centro con adornos de navidad en pleno verano, en la estación de autobuses con trabajos y entienden inglés, por lo que tuvimos varios problemas de salida, pero seguimos nuestro viaje, destino próximo Bucarest (Bucuresti) Rumania.