Pues hice mi trabajo de campo en el metro, como diría megara, por suerte me llevé 2 buenas historias para contarles de este día tan extraño y tan comercial.
A las 10 am el metro de la Ciudad de México es irreconocible, a pesar de que pasé por Pinosuarez, Zócalo, Allende, Bellas artes y Revolución, el metro iba vacío, nada de acción, ahora sí que ni los vendedores pasaban con su escandalaso de costumbre... pero por suerte, en Pino suarez se subió un señor que me daría mi primer narración.
Narración 1:
Con sus zapatos negros pintados de blanco, con sus manos encementadas, y sus pantalones un poco entierrados... al sentarse (enfrente de mi) sacó una bolsa de papel, y dentro de ella una pequeña caja de cartón roja, la abrió y se le quedó viendo al objeto dentro de ella, no pude evitar curiosear, era un anillo, de compromiso, chiquito, de plata... en el rostro del señor se pintaba una gran sonrisa, me volteo a ver y pensé, chin, me atrapó; pero me sonrió y me dijo: "hoy le voy a proponer matrimonia a mi rosita". Le dije que qué bien, que si ya llevaban mucho tiempo de conocerse, y me comenzó a contar su historia...
José Díaz es un hombre de 35 años, trabaja de pintor y albañil en unos nuevos departamentos que andan construyendo por Xola, desde hace 4 años conocío a Rosa, una vendedora de Rosas en el centro de la ciudad, desde el momento en que la vio cuando le iba a comprar rosas a su ex novia, se enamoró de ella y pues esa misma tarde regresó a pedirle su teléfono y desde ahí "los pétalos y el olor de las rosas iluminan su corazón" (así me dijo), y por eso hoy le va a pedir matrimonio, que ya quiere tener rositas y pepitos. La razón por la cual hoy hará esto es porque fue hace 4 años cuando la conoció y es un día especial para él y ella"digan lo que digan, no es por seguir al montón, es por lo que significa para mi encontrar al amor de mi vida". "Lo bueno es que me alcanzó la quincena para pagar el anillito", me enseñó el anillo que realmente estaba bonito, de plata, finito, con una piedra de fantasía en el centro, delicada... me dijo que quería comprar una rosa y ponerlo dentro de la rosa.
Me tuve que bajar del metro, sino iba a terminar en cuatro caminos, crucé de un lado a otro en la estación de revolución... dejé pasar un metro que iba lleno, y en el siguiente me subí, un poco menos apretada y parada, pero encontré mi segunda historia.
Narración 2:
En allende, se subió un chavo, con rastas, y una camiseta con un estampado muy peculiar. La gente se le quedaba viendo pero yo no alcanzaba a leer muy bien lo que decía su camiseta, fue entonces cuando empezó a declamar "oh aquellos de vosotros que pensais que el día de san valentín debereis entregar objetos materiales a sus seres amados, estais en un grave error"
Siguió caminando y la gente a sus espaldas decía con tono burlón, "¿ese amargado qué?", vi lo que decía su camiseta, no des dinero, da amor, y no sólo hoy, no seas idiota!!, siguió su camino, hablando entre dientes, contando con sus manos cosas, señalando bolsas de regalos que traían los demás pasajeros... siguió hasta el vagón donde está el chofer y tocó su puerta, comenzó a gritar "déjeme usar su micrófono para decir lo estúpido que es este día, se lo suplico, no aguanto más los colores, los ruidos los olores, los globos y cajas y los chocolates, el mundo se derrumba y nosotros malgastando!!!" A la siguiente estación entró un cuate de seguridad y sacaron al chavo, alcancé a ver cómo lo ponían contra la pared y lo registraban y él seguía gritando, "todos somos una bola de idiotas!!!!"
Así estuvo mi día de metro hoy, en un día que definitivamente siempre se me ha hecho de lo más falso y ridículo, apoyo al ese cuate del final y realmente digo, para qué existen días como hoy? En fin, mugre comercialización, capitalismo consumista y ceguera ;)